Y usar el bikini de cinta aislante es un clásico. Todas las mujeres suburbanas lo han hecho alguna vez. Una muchacha dijo al respecto: “Yo de pequeña no tenía dinero para comprarme un traje de baño. Entonces cogía a escondidas el rollo de masking tape (cinta aislante) de mi padre y me hacía el mío a medida”.
Otra brasileña comenta: “Con el tiempo, me enganché a la cinta aislante porque deja una marca perfecta, y mis amigas también. Un día me di cuenta de que podía ganar dinero con eso y monté un spa en la terraza de mi casa. Hoy atiendo a cerca de 30 mujeres por día, es decir, más de 200 por semana, y gano $117”
El “bronceador” que usan está hecho con manteca y urucum, un colorante natural usado en la gastronomía brasileña y conocido por sus propiedades diuréticas, antibacterianas y astringentes. (Infobae)
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