El espectro de tecnología para aprovechar residuos sigue ampliándose a medida que investigadores de la Universidad Clemson planean convertir la orina cosmonauta en nutrientes y plásticos que podrían convertir los viajes espaciales largos (estamos hablando de años) en una realidad viable, aunque no muy deliciosa.
El líder investigador, Dr. Mark A. Blenner, hizo énfasis en que la ideología “zero waste” tiene que aplicarse en niveles micro y macro. “Si los astronautas hacen viajes que comprenden un periodo de tiempo de varios años, debemos encontrar la manera de reutilizar y reciclar todo lo que lleven con ellos”, dijo en un comunicado de prensa. “La economía atómica será realmente importante”.
Y la clave para los hallazgos de Blenner, además de la orina humana, se trata de una levadura llamada Yarrowia lipolytica, misma que Blenner y su equipo lograron manipular genéticamente y “alimentar” con algas, bacterias además de nitrógeno de la orina y carbono del aliento humano.
Las cepas resultantes crearon ácidos grasos omega-3 e incluso un monómero químico que podría ser reproducido en una impresora tridimensional para crear objetos de plástico como una llave inglesa, por ejemplo.
Blenner, cuya investigación fue financiada en parte por el Programa de Investigaciones de Tecnología Espacial de la NASA, presentó estos hallazgos en el 254º Encuentro Nacional y Exposición de la American Chemical Society, la sociedad científica más grande del mundo, la semana pasada. (Infobae)
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