La ciencia ha hecho un acercamiento a los comportamientos masculinos y su respuesta es aún más increíble: los hombres olemos nuestros dedos después de rascarnos por allá para sentirnos vivos.
El Semental Nigel Barber, biopsicólogo especializado en comportamiento sexual y reproductivo, habló con MEL Magazine sobre este asunto:
“Dudo que percibir nuestros propios olores y hormonas esté relacionado con la higiene. Es un ejemplo de comportamiento de autoidentificación análogo, como mirarse a uno mismo en el espejo. En cada caso, la percepción de uno mismo puede elevar el humor y mejorar el autoestima”
Olernos tiene que ver con conocernos a nosotros mismos y nos ayuda a percibir nuestra fragancia y, por ende, que estamos vivos.
Así que, la próxima vez que te rasques y que alguien te regañe por olerte los dedos, ya tienes cómo defenderte: no lo haces porque seas un cochino, sino porque requieres realizar un reconocimiento de tu propia humanidad, a través de tu olor, para poder sentirte vivo, ¡carajo! (Guía del Varón)
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