Increíblemente, en lugar de detenerse, el camionero siguió como si nada, arrastrando al auto al que había chocado. Así estuvo 1,2 kilómetros, ante la mirada atónita de un automovilista que empezó a filmar con su celular, y captó las súplicas a los gritos del dueño del Nissan, que le pedía a su remolcador que se detuviera.
Sólo se paró gracias al conductor de un auto blanco que se le puso adelante y lo obligó a detenerse. Cuando el hombre que filmaba la escena le preguntó por qué no había frenado antes, respondió que no se había dado cuenta de lo ocurrido.
Extrañamente, los policías de tránsito no encontraron ninguna irregularidad y lo dejaron ir. La víctima no estaba herida, pero su vehículo quedó destruido. ¿Se les parece a nuestro país? (Infobae)
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